sábado, 7 de junio de 2014

Energía viajera

El martes llegué de viaje. Me fui nueve días -de esos que pasan super rápido- a Aruba. Después de cambiar forzosamente de destino varias veces compramos boletos para la isla feliz, esa que está a solo 40 minutos de vuelo desde Venezuela.

Escribo este post sin tener muy claro hacia dónde va. Quise hacerlo porque, además de que tengo más de un mes que no actualizo, no quisiera que un viaje tan energizante pasara por debajo de la mesa en la libreta.

Siempre lo he dicho: no hay mejor forma de gastarse el dinero, mucho o poco, que viajando. Conocer gente, lugares, costumbres, comidas, paisajes, sin duda son cosas que te transforman. Esa sensación de estar en un lugar donde nadie te conoce. Mezclarte entre la gente, escuchar sus acentos, sus idiomas, verlos tan diferentes a ti y tan iguales al mismo tiempo.

Mi primer viaje de chama grande, de adulta, fuera de Venezuela fue el año pasado. Digo que fue el primero porque si bien viajé antes, fue con mi familia y el chiste es irse solo por primera vez, o con tu novio como en mi caso. Tengo pendiente viajar sola.

En cada trayecto tengo siempre esa expectativa de los sitios de interés que voy a conocer, de las actividades propias de ese destino, de los paisajes. Pero al final me sorprenden cosas tan pequeñitas, detalles de los que no siempre te das cuenta, que luego piensas y notas el cambio que han hecho en ti.

Casi siempre son actitudes, la manera en que la gente te recibe y te trata. Cómo en ese lugar es natural algo que anhelas en tu país. Y no estoy hablando de una economía estable o seguridad social, sino de cosas más simples. De sonreír, de dar el paso, de saludar, de ser amable. Esto que escribo no es nada original, es un comentario nada más, uno que ya deben haber leído antes.

Fueron días increíbles, llenos de gente dispuesta a ayudar, de un mar hermoso, lleno de numerosos tonos azules, una brisa fuerte que te saca sonrisas mientras casi te vuela el sombrero, de un papiamento y un holandés indescifrables pero mágicos. De nuevos amigos: Meli y Dani. De nuevos retos, esos que comienzas cuando vuelves recargado de mar.

¡Masha danki, Aruba!


2 comentarios:

  1. Aruba es mi lugar favorito en la tierra. Tampoco es que conozco miles de lugares, pero de los pocos sitios que he visitado, Aruba tiene ese je ne sais quoi que te atrapa y no te suelta. Irónicamente lo que extraño de Venezuela es que estaba tan cerca de Aruba :( (bueno, también extraño a mi familia y amigos :P).

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    1. Es un pequeño paraíso, Ele. Como para perderse y desconectarse de la realidad... y sí, por suerte estamos cerquita! Ya habrá oportunidad de volver para las dos...

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