sábado, 29 de septiembre de 2012

Más que un plan: Mi país



Mañana es el cierre de campaña de Henrique Capriles en Caracas. Después de tres meses de campaña electoral debo confesar que me siento optimista ante las elecciones que tendremos en Venezuela en apenas una semana.

Todos sabemos que han pasado 14 años en los que nuestro país ha estado gobernado por el mismo hombre: un mortal que algunos han convertido en deidad y que con su lenguaje burdo pretende estar en el poder por seis años más.

Mañana marcharé, llevaré una franela con el tricolor nacional, me pondré lentes de sol, gritaré consignas y sonreiré ante la esperanza de un mañana mejor.

Horas antes solo pienso en lo que significa este momento, la importancia de acudir a las urnas el 7-O y lo que nos jugamos. Miro la pantalla de la computadora, leo mensajes en el celular, reviso Twitter y deseo que sea domingo.

Cualquier domingo es bueno para abrir los ojos y cambiar. Para decir que sí. Para sonreír y tomar decisiones. Para ver una película. Para escribir una nueva historia.

No puedo negarlo: una parte de mí tiene miedo, ese que "ES LIBRE". Pero también me doy cuenta de lo insignificante que es mi temor y el de los demás, al lado de la potencia de un giro de 360 grados.

Mañana marcharé. El próximo domingo votaré. ¿Y tú?

Sepia



Ella despertó con la imagen de aquel sueño danzando en sus pensamientos. No recordaba algún escenario más bello que su imaginación hubiera podido brindarle en aquel tiempo.

Siempre había creído que lo sublime era la unión de lo cotidiano junto a lo bello, cuando lo que se ve todos los días -lo cercano- recibe pinceladas absurdas evocando deseos que ni siquiera sabíamos que existían.

Aquel paisaje estaba pintado en sepia, había un desorden, un tumulto de gente realizando sus tareas, que le recordaba un poco el caos de su ciudad: Caracas. Sin embargo, los colores, una música que no pudo definir y los rostros que la miraban le decían que no estaba en su natal Venezuela.

Esa mañana al abrir los ojos y recordar los detalles de aquel viaje en su inconsciente la hicieron llorar; no sabía por qué, no sabía lo que sentía, quizás nostalgia, quizás tristeza... quizás alegría.

A orillas del río Sena, en algún lugar de aquella Francia que no conocía pero con la que compartía una extraña conexión, ocurría la magia. Era una buena fotografía -color sepia, no hay que olvidar-.

Su abuelo sentado en una silla de madera se rasuraba la barba con espuma y hojilla, como los barberos de las películas. Su abuelo, al que no veía desde hacía seis años tras despedirse por siempre.

Las conversaciones que ella había tenido con él sola en su cama, hablando en voz alta rogando que la escuchara, volvieron todas juntas. No está segura si él la miró o notó siquiera que ella estaba ahí, pero sujetándose el corazón en una mano, sonrió.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Mi entrevista a Famasloop

Después de tanto tiempo, me pareció buena idea compartir este encuentro que tuve con estos talentosos músicos venezolanos.

Disfruten.

La Quema de Famasloop, un caos controlado

Si hay algo en lo que no creen los integrantes de la banda venezolana Famasloop, es en las casualidades. Durante la producción de su tercer y más reciente disco, La Quema, una serie de eventos y conexiones –como ellos las llaman- fueron sucediendo. Y ahora, mirando el camino recorrido hablan de las “causalidades” que avivaron este incendio.

“Creo que va más allá de lo bueno o lo malo, pero sí te puedo decir que vivimos momentos muy duros”, dijo el vocalista, Alain Gómez, justo antes de mencionar a Onechot quien colaboró con ellos en el tema The choro dance y dos semanas después fue víctima del hampa en Caracas.

Varios episodios se fueron conectando como puntos en un mapa. El trabajo discográfico fue mutando y transformándose en los diez temas que pueden escucharse desde el pasado domingo en la página web de la banda.

“Iba a ser un disco súper tranquilo, ‘happy’ y de repente la ciudad rugió y dijo ‘yo también quiero participar en el disco’. Ese fue un proceso más acelerado, como la misma ciudad. Es decir, tiene El Ávila, tiene El Cementerio y todo lo que está en el medio”, agregó Gómez.

“Estuvimos en muchos lugares, pero Caracassiempre estuvo ahí. Pasamos solo diez días en Buenos Aires porque teníamos mucho tiempo que no lográbamos terminar el disco y decidimos ir a encerrarnos allá”, relató el baterista, Rafael Urbina.

Luis Daniel González, “el científico loco” detrás de la música de Famasloop aseguró que todo fue un caos controlado. “No hay regla, no hay norma, sino que haces de todo y al mismo tiempo”.

La agrupación que completan Ricardo Martínez (bajo) y Vanesa Gouveia (voz), agradece lo que quedó después del “incendio”, así lo expresan en el tema “Uno y el universo”, homenaje a Gustavo Cerati y cierre de este círculo purificador.

“Si se quema tu casa –que de eso se trata el disco- tienes la opción de verlo por el lado negativo, ‘me quedé sin nada’; o por el lado positivo, borrón y cuenta nueva. Cuando no tienes nada lo tienes todo, de cierta manera. Y el enfoque que quisimos darle fue ese”, manifestó Gómez.