Te quiero hablar a ti. A ti, el que no espera que yo le hable, que no anda buscando respuestas ni palabras de una extraña. A ti, que no sabes quién soy, qué prefiero, qué hago, qué detesto. Es justo a ti a quien quiero hablar.
Quiero saber que has hecho en todo el día. A quién conociste o te perdiste de conocer. Me gustaría saber del tiempo muerto que se te fue durante más de dos horas después de las 3:30 de la tarde.
De quién te enamoraste. ¿Te enamoraste? ¿A quién ignoraste? ¿Acaso en alguien pensabas mientras te cepillabas los dientes esta mañana? Yo creo que sí, pero siento la duda punzante, la que no me deja terminar de decidir, la que molesta tanto como la sensación de esperar más de algo que ya se agotó.
¿Desayunaste? Dicen que es la comida más importante del día. Dependiendo de mi estado de ánimo decido creerlo, sino digo que está "subestimada". ¿Qué tal el trabajo? Porque tienes trabajo, eso creo yo. También me gusta creer que lees una página del libro antes de acostarte todas las noches. Que sueñas a menudo con episodios que parecen sacados de una película.
Seguro inviertes mucho tiempo en los aparatos electrónicos. Te dio gripe la semana pasada y mañana aunque es viernes, el fin de semana no te hace mucha gracia. ¿Por qué miras tanto el reloj? Incluso si no lo tienes puesto, te miras la muñeca como leyendo las venitas que se dejan ver.
A ti decidí hablarle hoy. A ti porque me aburrí de que me conocieran (poco o mucho). A ti porque caminas mirándote los zapatos y tratando de desamarrar las trenzas mentalmente. A ti porque extrañas, pero aceptas al mismo tiempo.
¿Acaso esperas que te hable?
Hermoso Sofí me encanta, y la verdad sí creo que el espera que tu le hables.
ResponderEliminarGracias, Lau! :)
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